domingo, 23 de noviembre de 2008

Prostituyendo al capitalismo

El hecho de que empresas privadas, verdaderos gigantes trasnacionales, pidan al gobierno estadounidense que las rescate no es más que el veneno marxista que liquida y prostituye a los mercados libres. Desde hace varias semanas las empresas principales automotrices de EU están cabildeando en el Congreso el recibir un crédito millonario para “sobrevivir.” Hasta el momento de escribir este artículo, el gobierno norteamericano ha respondido con escepticismo e incredulidad. Ojalá no se traguen el cuento de las automotoras.

En alguna ocasión un manager leyenda de Chrysler, Lee A. Iacocca, redujo su salario anual a 1 dólar (se trataba claro de un acto simbólico), y pidió al resto de ejecutivos y trabajadores de la empresa que ajustaran y sacrificaran parte de sus salarios para salvar a su empresa. Se inició una reestructuración que al menos en los años ochentas, salvó a la empresa (Iacocca es el padre de la Minivan que levantó las alicaídas ventas del consorcio automotriz) y la puso nuevamente en las grandes ligas competitivas. Luego vino la fusión con Daimler y se cometieron errores que hoy está pagando Chrysler. Esa es otra historia.

El punto es que uno de los espíritus que mueve al capitalismo como sistema económico superior es el del error, el de la corrección, el de la destrucción creativa que permite a las empresas evolucionar hacia nuevas e innovadoras formas de producción. En el camino, claro, hay errores y caídas. Los estatistas nos atacan a los liberales argumentando que dogmáticamente creemos en la perfección de los mercados. Ignorancia de nuestros estatistas.

Los mercados son ensayo y error. Sí, además de aciertos y éxitos, hay errores y excesos que se cometen, pues ante todo la esencia del capitalismo es la actuación humana (imperfecta por naturaleza), que acierta, yerra y corrige. De ahí que la destrucción creativa que Shumpeter señaló es lo que lleva a que después de los ajustes, sobrevengan nuevas preferencias e innovaciones. El proceso de destruir lo obsoleto, lo viejo, lo inservible, es lo que llevó a EU a ser la potencia dominante del siglo XX.

La esencia del éxito capitalista radica en la libertad inherente de intercambio, la libertad de acumular, ahorrar e invertir que se soporta en sólidos derechos de propiedad (derecho a poseer, usufructuar y transferir un bien).

Lee A. Iacocca llamó en su momento a corregir, a innovar y no a pedirle “ayuda de gorra” al gobierno. Como diría mi padre, actuó no como cachuchero, sino como capitalista responsable que se somete al cambio so pena de desaparecer de no hacerlo.

Hoy, con el desastroso liderazgo político de Bush, algunos capitalistas buscadores de rentas quieren escudarse en las patrañas de siempre, en la “defensa del empleo,” en la “contribución impositiva,” etc. Ahí están pues las grandes automotoras que en vez de enfrentar sus errores, de corregir sus canibalescos contratos sindicales, buscan el dinero fácil de los contribuyentes. Ya veremos si son capaces de prostituir al capitalismo estadounidense (ya de por sí golpeado).

La terquedad de la comisión de cambios

Y se sigue inyectando dólares al mercado cambiario, y nada más no hay respuesta positiva para el peso. Ya han metido las autoridades 14 mil millones de dólares para defender como perros al peso, y nada, ya hay que dar 14 unidades del mismo por un billete verde. Nuevamente no entienden, los burócratas jamás le ganaran desde un escritorio a la formación de precios que millones de personas determinamos en el mercado.



domingo, 16 de noviembre de 2008

¿Más Estado y menos mercado?

Para cuando el lector lea este artículo, ya habrá escuchado al Presidente en la cumbre del G-20, en Washington, y no recibirá sorpresa alguna. Si alguna duda había, al menos yo ya la despejé, Felipe Calderón quiere emular a Luis Echeverría, y no me refiero sólo a su populismo fiscal, sino a su actitud hacia las instancias internacionales. Ahí está Calderón llamando a “los no alineados del tercer mundo,” ahí está Calderón diciendo que el Estado debe ser el rector de la economía (¡caray!, creí que ese discurso rancio priísta ya lo habían superado los políticos mexicanos) y que el “mercado debe ser intervenido ampliamente para evitar sus excesos.” No “pos sí,” con ese discurso, como atinadamente comentó un periodista, mejor Calderón hubiera enviado a la cumbre como su representante a López Obrador.

En fin que ya seguro estará Calderón hablando como merolico en la cumbre sobre el énfasis en políticas fiscales populistas (elegantemente llamadas contracíclicas), en la mayor intervención gubernamental y en general de mayor sometimiento de la libertad económica a papá gobierno. Estatismo al más puro viejo estilo priísta.

Por otro lado, las autoridades hacendarias han expresado que no hay problema financiero de corto plazo, que hay coberturas para el próximo año contra la caída del precio del petróleo. Yo creo que las cuentas no le cuadran a Hacienda. Si no hay problema, entonces ¿por qué el próximo año el gobierno se endeudará más tanto interna como externamente? ¿Por qué están reacios a bajar la gasolina cuando en EU también ha caído? ¿Por qué el subsidio al consumo de electricidad bajó súbitamente y el precio de la misma se disparó?

Asimismo, el Secretario presumió que tan sólo en el período calderonista (a sólo dos años) el gasto público ha crecido 30%, caso sin precedente. ¿Acaso el Secretario como el Presidente creen que el gasto creciente y deficitario es el motor del desarrollo económico? Si es así que peligroso, pues se están moviendo sobre tierra pantanosa. Guardando las proporciones, en el período de Echeverría y López Portillo se establecieron agresivas políticas keynesianas y el resultado fue endeudamiento y devaluación. Ciertamente hoy las cifras macroeconómicas son distantes a las de ese período, pero el comienzo populista es el mismo, la inútil creencia de que se puede ir contra el ciclo mundial de los negocios.

Lamentablemente en estas crisis suele confundirse por ignorancia ó mala fe las causas de las mismas y por tanto se apela al Estado como el salvador de los mercados. Eso es una verdadera falacia. Las malas prácticas en los mercados privados son efecto de las llamadas fallas de gobierno (reglas malas que no definen ni defienden adecuadamente los derechos de propiedad, monopolios como el Banco Central y populismos como créditos blandos, subsidios generalizados, etc.).

Le recuerdo al Secretario de Hacienda lo siguiente: Estudios académicos serios (como doctor en economía debe conocerlos) ofrecen interesantes razones por las cuales existe una relación negativa entre el tamaño del gobierno y el crecimiento económico: 1) el mayor gasto público impone, con su financiamiento, una carga tributaria más elevada en la economía; 2) conforme el Estado crece, su productividad decrece; es decir, las erogaciones públicas son destinadas cada vez más a quehaceres con menor rentabilidad social; 3) la expansión del Estado en los mercados obstaculiza e incluso sustituye a la actividad productiva del sector privado; 4) conforme el gobierno se expande, sus recursos son objeto de redistribución y se reduce su rentabilidad social. La evidencia también señala que cuanto mayor es el tamaño del gobierno, medido por el gasto público total a PIB, más se aleja de sus tareas esenciales, y menor es el crecimiento del PIB de las naciones. En estos estudios se ha podido estimar con eficiencia que, por ejemplo, por cada 10 puntos porcentuales que el gobierno aumenta el gasto público, el crecimiento económico (que es el que crea empleos productivos), se reduce hasta en un punto porcentual.

Así las cosas, lo menos que se debe presumir es el impresionante crecimiento del gasto público.

La cumbre

Para cuando escribo este artículo, apenas comienza la cumbre G-20. Aún así me atrevo a jugarle al mago conociendo que en estas reuniones casi siempre se impone la demagogia. Para empezar, si quieren mejorar el funcionamiento y transparencia de los mercados financieros, lo primero que debe reformarse es el funcionamiento de los bancos centrales, que se centren exclusivamente en el control de la inflación; lo ideal sería retornar al patrón oro, pero eso lo veo difícil, pues le quitaría el poder a los gobiernos gastalones y populistas y no creo que lo permitan. Por otro lado, de una vez por todas sería bueno que el gobierno impulse leyes que limiten el riesgo moral, en donde quede claro que quienes arriesgan asumen sus costos, que quienes pierden no serán rescatados por los contribuyentes. Finalmente, un señalamiento importante sería exigir destrabar el comercio internacional derrumbando las barreras arancelarias y no arancelarias (eso es lo único prudente que he oído de Calderón). En fin que lamentablemente no creo que haya grandes avances como no sea la creación de nuevas monstruosas burocracias al estilo del FMI y el Banco Mundial.



domingo, 9 de noviembre de 2008

EL RIESGO

Por estos días de crisis se está usando muy a la ligera la palabra regulación. Que si hay que regular más a los mercados de capital, que si hay que regular más a los bancos, que si hay que regular más a las calificadoras, que si hay que regular más a los derivados, que si hay que regular más al “capitalismo salvaje” y en general afirmaciones que pecan de desinformación y/o de mala intención.

En primer lugar hay que entender que es una estupidez regular a los que toman riesgos. De hecho, es esta virtud humana (que no tienen todos los seres humanos), éste talento de algunos lo que ha consolidado al capitalismo como el sistema económico más poderoso y eficiente y que ha hecho posible que millones de personas salgan de la pobreza absoluta. En el capitalismo, gracias a los que se arriesgan, gracias a los que van más allá de la vida rutinaria, gracias a los que sueñan, gracias a los que superan al promedio, gracias a los que desean dar antes de recibir, gracias a los que quieren ganar más, es que el capitalismo se consolidó en EU y convirtió a este país en la primer potencia económica del siglo XX con una predominante clase media y un grupo de virtuosos emprendedores.

Si no hubiera capital de riesgo, no habría sido posible el nacimiento y consolidación de gigantes como Microsoft, Yahoo, You tube, Wal Mart, Mc Donald’s ó Google. Estos grandes ejemplos de grandeza humana, de toma de riesgos, de apuesta a ganar, simplemente son inexistentes en nuestro capitalismo estatista-mercantilista latinoamericano.

¿Quién limita y termina por aplastar a la libertad humana inherente en el capitalismo? Los políticos y burócratas socialistas que odian que unos sean mejor que otros, que odian que haya quien gane millones, que odian la excelencia y, en cambio, desean que todos los seres humanos estén en el “justo medio” en la mediocridad absoluta. Ahí está la mediocridad que caracterizó a los regímenes comunistas, en dónde la innovación estuvo siempre ausente.

Tristemente, cuando la culpa de la actual crisis financiera mundial son las medidas erróneas de política pública, se culpa al sistema más exitoso de todos los tiempos, ese que el propio Marx reconocía como el más eficiente y poderoso, ese que propicio el nacimiento de una burguesía que rompió los candados de los esclavos del feudalismo.

No, definitivo, la toma de riesgos no se debe limitar ni regular. Lo que se debe garantizar es que quien pierda asuma sus propios riesgos, que quien pierda no sea rescatado por otros, que quien pierda respete los derechos de propiedad de terceros. Ese fue el capitalismo que predominó en el siglo XIX en EU, en dónde estaban totalmente ausentes los bancos centrales, hipotecarias estatales, esquemas estatistas educativos y de salud, sobre regulaciones bancarias y bursátiles, y en general toda la intervención estatal fuera de proteger los derechos a vivir, a ser libre y a poseer bienes privados de las personas.

Hoy vemos un capitalismo “prostituido” por los políticos, que defienden a capa y espada que el ser humano es excesivamente ambicioso por naturaleza y por ello el Estado debe detener esta “ambición perversa.” Vaya estupidez. Alguien que innova, que crea riqueza para millones, que conquista nuevos mercados está lejos de ser ese perverso enfermo ambicioso que afirman los gubernamentólatras. Confunden a la grandeza humana de toma de riesgos con la vulgar delincuencia de algunos humanos, ciertamente enfermos (yo diría sin la educación apropiada) que roban y/o asesinan a otros para despojarlos de sus bienes.

Hay buenos y malos hombres de negocios, con y sin ética, pero estas situaciones no tienen que ver con la condena socialista a la libertad que da el capitalismo. Recordemos, para aquellos atarantados que hoy quieren revivir a Marx, que los crímenes más horrendos han sido cometidos por las dictaduras comunistas en donde la libertad es aplastada, en donde la libertad es mancillada y manipulada a favor de los poderosos burócratas comunistas.

La evidencia es contundente, en dónde se coarta la libertad, en dónde se suprimen los derechos de propiedad, sobreviene la hambruna, la pobreza y el subdesarrollo. Ahí está Cuba, Ahí está Corea del Norte, Venezuela ó Bolivia.

Qué tristeza me da oír a bisoños hablando de regular. Que tristeza me da oír condenas contra la libertad económica.

El riesgo es esa posición que a veces lleva a la banca rota, pero que también es el resorte de grandes inventos y conquistas humanas. No debemos limitar el riesgo, sino hacerlo una cultura, en dónde quede claro que las pérdidas ó ganancias se circunscriben a quienes lo corren.

Que el Estado rescate a los quebrados, otorgue créditos a los perdedores, avale a las empresas, proteja y subsidie a los agentes económicos ineficientes, es totalmente ajeno al espíritu emprendedor y tomador de riesgos que caracteriza al sistema capitalista de libre mercado.

Ojalá la actual crisis limite el riego moral y castigue-no premie- a quien asume riesgos contra terceros.

Ya veremos si el Próximo Presidente de EU, Barack Obama (quien se arriesgó-otro ejemplo de riesgo- y no siendo blanco conquistó su llegada a la Casa Blanca), está a la altura de las circunstancias, y ante los grandes desafíos que enfrenta EU, no termina eliminando, matando la toma de riesgos que hizo a EU el país líder en innovaciones en el siglo XX. Ya veremos.





lunes, 20 de octubre de 2008

Jugando con fuego

Un periodista de radio se preguntaba azorado cómo era posible que de repente en el Congreso mexicano se acabaran-por lo menos en esa sesión- las mezquindades, los intereses de grupo, y actuaran los legisladores aprobando un presupuesto de manera unánime, sin enfrentamiento alguno. Y lo más sorprendente-proseguía el periodista-al final acabaran casi casi de la mano entonando el himno nacional.

La respuesta no es compleja. No, no se trata de que de repente a nuestros congresistas se les haya metido un espíritu de patriotismo, de hacer su chamba de verdad, de ahora sí desquitar sus generosos salarios y dietas. La razón es más simple y menos afortunada.

El Presidente Calderón ya comenzó a actuar irresponsablemente, a jugar con fuego en materia fiscal, y con sus “maquillajes contables,” automáticamente el próximo año (por primera vez en varios) habrá déficit presupuestario de 1.8%. Claro, eso fascina a nuestros desmemoriados e ignorantes congresistas, pues creen en el sofisma de que los aumentos constantes en el gasto público solucionan todos los problemas de México entre los cuáles están los de desarrollo económico y pobreza. De ahí el comportamiento patriotero, ridículo y populista de los congresistas, que incluso aumentaron el monto de gasto sugerido por Calderón. Claro, Calderón les puso “la pelota a modo” y los congresistas gastalones, pues muy felices de “salvar a la patria.” No aprendemos, ahí está la historia. La indisciplina fiscal ha costado muchísimo a los mexicanos. Sus consecuencias son funestas: endeudamiento, devaluaciones e inflaciones crónicas.

Calderón está jugando con fuego. Su apuesta en medio de la debacle financiera estadounidense es la de una estrategia totalmente keynesiana, que privilegia el uso creciente e intenso del gasto público-cayendo en déficit público- para dizque contrarrestar la caída mundial de los mercados. Ahí están ya las autoridades financieras ofreciendo múltiples créditos blandos mediante la banca de desarrollo, la Sociedad Hipotecaria Federal y Nacional Financiera. Ojo, por que estas estrategias terminan siempre en bancos estatales quebrados, eso sí, siempre con el aval del contribuyente que acaba rescatándolos (ahí está lo que fue Banrural, que fue rescatado hasta 5 veces, caso único en el mundo)

Francamente ya ni creo que el déficit fiscal será del monto que aprobó el Congreso. Con la modificación a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, se ha sembrado la semilla de la indisciplina fiscal, así que con la caída en el precio del petróleo, bien podría ser mayor el boquete fiscal. Ojo, por que no somos EU, somos un país emergente y cualquier indisciplina fiscal hará aumentar el riesgo país (ya hoy está en 400 puntos base desde que estuvo por debajo de 100) por el sólo hecho de aumentar la exposición fiscal del gobierno al ser menores los ingresos petroleros.

Un estudio interesante de Deutsche Bank arroja resultados que las autoridades mexicanas deberían seguir de manera cercana, para, insisto, dejar de jugar con fuego. En el estudio, la institución bancaria estima qué precios (en dólares) por barril de petróleo requieren algunas economías emergentes para mantener balanceadas sus finanzas públicas. Por ejemplo, Nigeria puede balancear su presupuesto con un barril a 71 dólares, Irán con 58, Arabia Saudita con 62, Kuwait 48, Emiratos Árabes 51, Argelia 35, Venezuela e Irán requieren que el precio promedio del barril se ubique en 95 dólares, Arabia Saudita en 55 dólares y Rusia 70

México por su parte, con un presupuesto basado en un precio de 75 dólares, simplemente por la caída ya no podrá mantener balanceadas sus finanzas públicas. Además, con las secuelas de las crisis, la recaudación caerá de manera importante, lo que ahondaría el desequilibrio en finanzas públicas.

Detesto parecer agorero del desastre, pero la conducta gubernamental irresponsable en materia fiscal me impide no hacer estas reflexiones. Es cierto, podría ocurrir que la crisis toque fondo, que se empiecen a pagar los costos y el precio del barril no se desplome más allá de los 50 dólares (de hecho eso estima Deutsche Bank). Pero eso es jugar con probabilidades, y por tanto podría también resultar un peor escenario. La obligación de una autoridad hacendaria responsable es la de prevenir esto, pero con un Presidente keynesiano-populista, que está más atento a los costos políticos-de cara a las elecciones del 2009-ocasiona que juguemos con fuego y el incendio podría acabar con una debacle cambiaria, al estilo del pasado negro financiero de México.

Por lo pronto, la Comisión de Cambios no parece apagar la corrida cambiaria y sigue jugando con fuego, le sigue haciendo el juego a los arbitrajistas (y a los miedosos) al no permitir que funcione el mercado cambiario libremente. Afirmaba la semana pasada el gobernador del Banco de México, que para eso eran las reservas internacionales, para evitar situaciones como estas. Perdón, pero las reservas internacionales representan un alto costo para México; son una especie de “seguro costoso,” que lo mejor sería que fueran usadas para pagar liquidar totalmente la deuda externa. Claro, para ello se requeriría un fuerte superávit fiscal del gobierno. Con el déficit fiscal de Hacienda, ya no podrá tener los pesos suficientes para seguir liquidando deuda externa e interna. Las reservas no deben ser usadas para “defender al tipo de cambio.” Esto ya se ha intentado en 1976, 1982, 1987, 1994 y ahora en 2008. La experiencia muestra que esta estrategia no funciona y sólo genera más pánico. Esta es otra decisión del gobierno en la que está jugando con fuego.

La reforma petrolera
Tal vez esta semana tendremos más información sobre si hay ó no reforma petrolera. Por lo pronto, por lo que sabemos, parece que sólo se reforma la gestión de PEMEX, pero que se mantiene el esquema estatista, que no admite inversión privada. Si es así, craso error y es un ejemplo de cómo los políticos no están a la altura de los problemas de México. Es precisamente en las épocas de crisis, cuando es tiempo de las grandes reformas. Parece que no será así y que se impondrá el estatismo priísta-perredista, con la felicidad, claro, de López y sus secuaces. Qué tristeza.

martes, 30 de septiembre de 2008

El fracaso de las políticas económicas intervencionistas


Nuevamente sale toda clase de charlatanes a decir que la crisis financiera de EU es producto de las “fallas inherentes a los mercados libres.” No, nuevamente no hagamos caso a estos creadores de paralogismos. La causa de la crisis financiera en EU es resultado del fracaso de las políticas económicas intervencionistas. Me explico.

A raíz de la crisis bursátil de 1929, el keynesianismo se impuso como escuela de pensamiento económico en el mundo. Durante los años en que la teoría keynesiana dominó a la política económica ejercida por los gobiernos, la intervención y la regulación gubernamental aumentaron considerablemente. Las consecuencias no se hicieron esperar, y el resultado final de instrumentar políticas fiscales y monetarias expansivas, fue el recrudecimiento de la inflación y el estancamiento económico.

A principios de los años ochentas, el desempleo y la inflación en naciones desarrolladas como EU y Gran Bretaña empezaban a molestar de sobremanera a los ciudadanos de esos países, lo que se tradujo en derrotas electorales contundentes de los partidos de izquierda que apoyaban fuertemente el estatismo keynesiano. En el resto del mundo democrático, las cosas fueron similares.

En respuesta a las fallidas políticas keynesianas, cobraron fuerza las teorías monetaristas y la llamada economía de la oferta (suply side economics), que hacían énfasis en un más estricto control monetario que redujera las presiones inflacionarias, así como en la reducción de los impuestos y en general en la reducción del tamaño del gobierno para dinamizar nuevamente a la economía.

Con el paso del tiempo y ante las numerosas debilidades de la teoría keynesiana pura, surgen entonces los nuevos keynesianos (neokeynesianos). Están encabezados por economistas como Gregory Mankiw, Oliver Blanchard, Larry Summers (exsecretario del Tesoro de Bush Jr. y que al parecer renunció por el keynesianismo exacerbado de su entonces jefe), George Akerlof y por supuesto no podemos olvidar al actual Presidente del Banco Central norteamericano (FED), Ben Bernanke. Estos economistas neokeynesianos están convencidos de que es necesaria la intervención en los mercados por medio de activas políticas fiscales y monetarias.

Por su parte, la teoría económica neoclásica evolucionó hacia la llamada escuela de las expectativas racionales, cuyo énfasis principal es que la intervención en los mercados por medio de las políticas monetarias y fiscales activas no sólo no funciona, sino que puede empeorar las cosas. Los ponentes principales de este pensamiento son Robert Lucas, Robert Barro, Edward Prescott, Thomas Sargent, Martin Feldstein, Robert Hall, Neil Wallace y John Taylor.

¿Por qué hago esta reflexión de las escuelas de pensamiento económico? Por que el desastre financiero que vive EU es producto de las políticas neokeynesianas intervencionistas. Sí, desde que Bush Jr. tomó el poder, el neokeynesianismo ha dominado entre los asesores económicos del Presidente. Prueba de ellos son las cabezas de la Reserva Federal, Bernanke, y del departamento del Tesoro, Paulson.

La historia económica muestra que la intervención activa de los gobiernos vía políticas monetarias y fiscales activas acaba cuando no en mayor inflación, en un desastre financiero. El énfasis estocástico de la escuela de las expectativas racionales finalmente da la razón a la viejísima escuela austriaca cuyos ponentes principales encontramos en Friedrich Von Hayek y Ludwig Von Mises. Sí, en la toma de decisiones en la economía el pasado cuenta poco y en cambio son los valores esperados de las variables lo que contabilizan los agentes en sus decisiones de ahorro, consumo e inversión.

La sabiduría de la escuela austriaca se demostró desde que Hayek pronóstico (sin hacer uso de la “magia econométrica”) la gran depresión de 1929. Años antes de la caída de la bolsa, Heyek había observado cómo la manipulación monetaria hecha por el sistema bancario y los bancos centrales se traducía en precios mentirosos para inversionistas y consumidores.

Ésta teoría se centra en que las tasas de interés son una señal esencial para la toma de decisiones de consumo e inversión a lo largo del tiempo. Si el volumen de ahorro aumenta, entonces la tasa de interés baja, lo que incentiva a los agentes económicos a asignar mayores recursos a la producción de bienes de capital, bajando su gasto en bienes de consumo. A la inversa, si baja el volumen de ahorro, la tasa de interés subirá y se asignarán menos recursos a la producción de bienes de capital y más a la de bienes de consumo. Ahora bien, esto funciona sin alteraciones en la estructura productiva de la economía hasta que las tasas de interés ya no reflejan la escasez de crédito, lo que violenta la asignación de recursos de una etapa a otra de la estructura de la producción.

¿La razón? El diseño del sistema bancario que se soporta en un monopólico banco central. Cuando el sistema bancario funciona bien, habrá un equilibrio natural de ahorro e inversión. Así, no habría ahorros que no hallaran inversión ni inversiones que excedieran al ahorro. Tal equilibrio podría producirse si no se interpusiera la función monetaria.

Si la oferta de dinero fuera rígida, los ahorros serían la única fuente de donde podrían hacerse inversiones y el mero propósito de obtener ganancias máximas haría que los bancos procuraran que todo ahorro encontrara su objetivo de inversión. Cuando la oferta monetaria no es rígida (elástica) entonces puede aumentarse la inversión sin que aumente el ahorro ó disminuirse aunque no cambie este último. Si las tasas de interés se mantienen por debajo de la de equilibrio, entonces se provoca una mayor expansión de los créditos y la inversión excede al ahorro. El proceso continuará mientras las tasas de interés sigan a la “baja.” De la misma manera, si la tasa de interés es superior a la tasa de equilibrio, entonces el ahorro excede a la inversión. El proceso igualmente continúa mientras las tasas de interés son “altas.”

El problema esencial es que los bancos pueden “crear” dinero, pues prestan más recursos para inversión que los depósitos de sus ahorradores. La razón se sustenta en la relación de los bancos comerciales con el banco central. Peor aún, si ya de por sí los bancos comerciales conceden créditos por encima de sus depósitos, una política monetaria expansiva instrumentada por el banco central, agudiza aún más la expansión irresponsable del crédito, lo que intensifica de sobremanera las inversiones tanto en la industria de la construcción como en general en la industria de bienes de capital.

Este ritmo se revienta, cuando presionado por presiones inflacionarias, el banco central comienza a contraer la oferta monetaria, lo que provoca que los bancos también contraigan su crédito, dejando sin liquidez a los empresarios de la construcción y de bienes de capital en general. Este ha sido el ritmo dominante en los ciclos económicos por los que a atravesado EU en las últimas décadas.

Sin embargo, la intensificación de las recesiones ocurre cuando la política monetaria se vuelve súper laxa, pues entonces no sólo los bancos comerciales exceden sus prestamos, como ya mencionamos, a sus depósitos, sino que peor aún, la ilusión de liquidez sin límite les hace asignar recursos a deudores con dudosa capacidad de pago. No sólo los bancos caen en este juego, sino también los las agencias inmobiliarias (que fue en donde comenzó a gestarse la actual crisis financiera de EU), bancos y fondos de inversión (peor aún, cuando los créditos hipotecarios se bursatilizan y los fondos adquirieren carteras con problemas de pago). La pesadilla surge cuando los bancos centrales terminan con la liquidez ilusoria (mediante contracciones continuas de la oferta monetaria que presionan a la alza a las tasas de interés) y entonces quiebras, deudas y fraudes están a la orden del día.

La crisis inmobiliaria y financiera de EU tiene su raíz en el mandato perverso que rige a la FED. Dicho mandato es contradictorio, pues mientras obliga a la FED a mantener el poder adquisitivo del dólar, también incentiva a la indisciplina monetaria, pues coexiste el mandato de que la FED garantice el crecimiento económico. Obvio, los neokeynesianos se han impuesto, y esto se traduce en leyes irresponsables que fomentan políticas económicas intervencionistas.

Lo ideal sería que las personas pudiéramos tener la libertad de realizar nuestras transacciones con la moneda que escogiéramos libremente, lo que implicaría que los bancos funcionaran más bien como bancos de inversión responsables. Como esto es un sueño guajiro, un avance al menos sería corregir el mandato constitucional que rige a la FED. Lamentablemente, en vez de corregir, el pensamiento que predomina es el de intervenir más los mercados, de “corregir la borrachera” de Wall Street, de “regular” más a los mercados, de rescatar a más y más grupos financieros. Todas estas medidas no son más que un regreso al capitalismo de Estado, en donde estúpidamente se confunden las causas de la debacle financiera y por tanto la receta económica que se prescribe es la equivocada.

La solución no es mayor regulación y “fobaproas” gringos. Ello sólo llevará a la economía norteamericana a la estanflación, en donde el endeudamiento, el alza de impuestos, el desempleo y la inflación se vuelven el pan de cada día.

La solución es parar de una vez por todas el uso indiscriminado de las políticas fiscales y monetarias. La solución es acabar con las políticas económicas intervencionistas. El próximo Presidente estadounidense lograría más si se pusiera a corregir su déficit fiscal, y lo mejor, a reducir el tamaño del gobierno y los impuestos.

Por el momento no veo un panorama claro. El gobierno gringo ha optado por la salida fácil de inyectar liquidez y rescatar a instituciones con cargo al contribuyente. Ello sólo empeorará la crisis. La semana pasada la FED decidió dejar abierta la llave del crédito y ello causó más desconfianza. Sólo han podido respirar un poco las bolsas con la intervención de otros bancos centrales como el europeo y el japonés.

Ojalá no estemos en la antesala de un nuevo capitalismo de estado, en la antesala de la estanflación y el intervencionismo gubernamental.


lunes, 15 de septiembre de 2008

Uso y abuso del gasto público

El buen desempeño de un gobierno es vital para la convivencia pacífica entre los ciudadanos y el buen funcionamiento de los mercados. Ello por que un gobierno eficiente contribuye con buenas leyes e instituciones que respetan y hacen respetar los derechos de propiedad entre los millones de seres humanos que intercambian bienes, servicios e ideas en los mercados (lo que nos incluye a usted y a mi, amigo lector).

El problema surge cuando los gobiernos quieren rebasar su misión principal: el respeto a la vida, a la libertad y a la propiedad de los gobernados.

La violación a los derechos naturales del ser humano surge principalmente con los abusos al gasto público. Sí, en la mala y arbitraria asignación de los recursos escasos del contribuyente es como empieza el infierno.

En un pasaje bíblico, cuando los israelitas le piden a Dios que les permita tener un líder gobernante no divino, éste les contesta que podrán hacerlo, pero que en el futuro, dicho líder les pedirá, les exigirá diversos pagos, fruto del trabajo diario de los gobernados.

Lamentablemente, este pasaje bíblico se adelantó a lo que hoy predomina en las distintas sociedades que componen al planeta: gobiernos redistribuyendo, derrochando los recursos de los contribuyentes para, dizque acabar con la pobreza, proteger industrias de la competencia, rescatar bancos e instituciones financieras, mal proveer de salud, educación, cultura y deporte a los gobernados, mantener monopolios y burocracias ineficientes y obesas, pagar a maestros que no trabajan, crear conflictos bélicos sin razón de ser y en general defender toda clase de causas “justas” de acuerdo al juicio del gobernante en turno.

Sí, esa es la tragedia que vivimos los contribuyentes cautivos que con total impotencia vemos como todo el aparato estatal es usado para dar y repartir a capricho del gobernante los impuestos cobrados a los contribuyentes.

Esta reflexión la hago a propósito del presupuesto que ejercerá el año próximo el gobierno mexicano. Nuevamente veo a un Presidente, autoridades hacendarias y a miembros del Congreso mexicano, presumiendo de los “montos récord” que gastarán en tal ó cual rubro, desde anuncios chocantes en radio y televisión hasta declaraciones formales en entrevistas.

Creo que no aprendemos, no basta con mantener el equilibrio de las finanzas públicas como tanto se pregona en la Secretaría de Hacienda. El equilibrio presupuestal se puede mantener arbitrariamente subiendo impuestos cada vez más y fijando precios esperados del barril de petróleo arbitrariamente altos.

No, finanzas públicas equilibradas con impuestos altos y gasto corriente creciente sólo lleva a una menor creación de riqueza y ello redunda en un menor bienestar de los mexicanos.

No me cansaré de repetirlo, el gasto público no debe ser usado para estimular artificialmente la demanda agregada (por lo menos eso he entendido de las palabras del Secretario de Hacienda). El concepto de política fiscal contracíclica es una patraña keynesiana. La construcción de infraestructura sólo es una pequeña contribución de un gobierno para facilitar el intercambio económico y además dicha misión debe ser con estricto apego a criterios costo beneficio (no sirve de nada construir un puente que no atraviesa ningún río, un hospital sin médicos y medicinas ó una autopista en donde sólo circulen cinco carros).
Como bien apunta el economista Manuel Sánchez Gonzáles (ojalá alguien le regale su libro economía mexicana para desencantados al Presidente Calderón), cuando el gasto público rebasa la tarea esencial de proteger los derechos de propiedad de los gobernados, entonces se frena el desarrollo económico.

La razón es por que a un mayor gasto, corresponde un mayor endeudamiento que encarece las tasas de interés, desplazando al gasto privado, lo que se traduce en un menor esfuerzo laboral, un menor ahorro y una menor inversión en la economía.

Ojo, aunque al día de hoy existe equilibrio anual en finanzas públicas, la deuda interna supera ya los dos billones de pesos, una cantidad considerablemente mayor al endeudamiento externo. Por lo pronto, y dada la caída en la plataforma de producción petrolera, el gobierno incrementará el IETU (impuesto empresarial a tasa única) un punto porcentual, es decir, más impuestos para el próximo año para poder sostener a los programas populistas del Presidente Calderón.

Por otro lado, ya algunos congresistas panistas han amenazado que si no hay reforma petrolera, entonces inexorablemente subirán los impuestos. ¿Por qué mejor no dicen que si no hay reforma petrolera, el tamaño del gobierno deberá reducirse en un 50%? Impensable.

Si el gobierno y el Congreso continúan presumiendo que el gasto público creciente es la solución a nuestros problemas, entonces no me queda la menor duda, y en esto soy más pesimista que algunos de mis colegas liberales, para cuando termine el sexenio de Calderón el gasto público representará el 30% del PIB y con este ritmo, si las próximas elecciones se las lleva el PRI, tampoco me queda duda, el gasto público se encaminará hacia la proporción de la mitad del producto.

Mientras más gaste el gobierno en proporción al producto, el endeudamiento y los impuestos futuros serán la regla para los ciudadanos. Hay numerosa evidencia estadística, a mayor gasto público menor crecimiento económico. Que de una vez lo entiendan Calderón y sus subordinados.

Es necesario perfeccionar la Ley de Responsabilidad Hacendaria. No basta sólo con obligar a que el gobierno no incurra en déficit fiscal. Hay que obligar a los gobiernos a pagar totalmente la deuda que contraigan en su periodo de gestión. Hay que ponerle límites al porcentaje del gasto público como proporción del PIB. Ya antes economistas liberales como Milton Friedman sugerían que el tamaño del gasto no debería superar el 10% del PIB. Me uno a esta exigencia.

La amenaza silenciosa

Hablando de abusos y amenazas a los gobernados, ahí está el gorilón rojo, Hugo Chávez, otra vez con sus estridencias, queriendo sacar provecho del conflicto civil de Bolivia. Por lo pronto, al más puro estilo de Hitler y Stalin, ha comenzado una purga al interior de sus fuerzas armadas. Se trata de eliminar a los enemigos que le estorbarían en la aplicación de sus nuevas 26 medidas diseñadas para atacar los derechos a la libertad y a la propiedad de los venezolanos. Ojo con el gorila, pues se está armando silenciosamente al amparo de naciones como Rusia e Irán. El próximo presidente de EU no podrá ignorar a la amenaza silenciosa. Ojalá la caída del precio del petróleo detenga al gorilón. Por lo menos es una esperanza.

domingo, 24 de agosto de 2008

LA GUERRA CONTRA GEORGIA

Como todos saben, unos días atrás Rusia lanzó una contundente y despiadada ofensiva contra Georgia, país aliado de los Estados Unidos, que lo acompañó en la aventura de Irak, enviando tropas adiestradas por los marines.
Los líderes de Georgia presentían, o mejor dicho veían en forma directa, el enorme peligro que implicaba ser un país pequeño al lado de un gigante autoritario como Rusia, que además todavía parece añorar y querer rememorar sus tiempos imperialistas.
Debido a esta certeza fue que la dirigencia georgiana promovió un claro acercamiento a los Estados Unidos, con la intención de ingresar bajo el paraguas protector de la OTAN. De ahí que su pequeño ejército haya sido entrenado intensivamente durante los últimos años por expertos estadounidenses, y de ahí también los esfuerzos y el progreso democrático de Georgia.
Queda claro que se trata de un país pequeño y pobre, pero el sentido del rumbo que estaba tomando era claramente favorable a la integración mundial, el desarrollo y la democracia. Después de todo, la OTAN sigue exigiendo fuertes estándares de institucionalidad y estabilidad para autorizar el ingreso.
Quizás como una forma de alentar esta transición, Georgia venía cooperando fuertemente con occidente para aumentar su producción petrolera. Esto no sólo significaba un impulso importante para su desarrollo, otorgándole importantes divisas, sino que además favorecía su independencia con respecto a Moscú.
Claro que los rusos no querían saber nada de la integración de Georgia a la OTAN, de su independencia económica y acercamiento a occidente. Preferían, al contrario, mantener el control económico sobre su pequeño vecino, basado en la dependencia de Georgia del gas ruso a falta de otro socio y fruto del escaso aprovechamiento de su potencial petrolífero.
De esta forma, Rusia no sólo hacía un negocio fantástico por su virtual monopolio en el suministro energético, sino que además controlaba económicamente a un país que, para las jerarquías moscovitas, jamás debió haberse separado de su vecino.
Sin embargo, este status quo favorable a Rusia, como ya indiqué, estaba siendo fuerte y crecientemente amenazado por la atrevida política exterior georgiana. Incluso provincias o grupos separatistas, como en el caso de Chechenia, le generaban grandes inconvenientes, lo que reducía su autoridad y capacidad de influencia sobre la petrolífera región del Cáucaso.
El sólo hecho de imaginarse un incremento de la influencia y el poderío georgiano, representando encima los intereses occidentales, sumado a la inestabilidad creciente de la región, hacía que a la jerarquía rusa se le pusieran los pelos de punta. Hubo, sin embargo, dos hechos que cambiaron el horizonte.
El primero fue la Guerra de Irak, que hizo que Estados Unidos, demasiado confiado en su poderío militar, quedara prácticamente sin fuerzas disuasorias para mantener el orden o aunque sea proteger a sus aliados en la región.
El segundo, fue la inusitada suba del precio del petróleo, lo que le dio un impulso económico a Rusia, dejando grandes cantidades de frescas divisas en las arcas estatales, aliviando su situación y permitiéndole, aunque sea ilusoriamente, recobrar la confianza militar y geoestratégica que había perdido desde la caída del Muro de Berlín.
La decisión no se hizo esperar, y Rusia profundizó su política exterior destinada a, entre otras cosas, recuperar la estabilidad y el control del Cáucaso. Primero fue la brutal pacificación de Chechenia. Luego, la invasión y el amedrentamiento de un pueblo que soñaba con la libertad, la democracia y el desarrollo, como lo es Georgia.
Quizás surjan tres grandes lecciones para los Estados Unidos de todo esto: 1) ya no puede negar su necesidad de una fuerte cooperación con Europa, 2) sus fuerzas son por mucho las más poderosas del planeta, pero siempre es sensato y prudente no iniciar guerras innecesarias, y 3) Rusia no es ni será jamás la Unión Soviética, pero luego de leves reformas y de que entre la nomenclatura del Partido Comunista se repartieran las bienes estatales, el comunismo fue reemplazado por una especie de nacionalismo ruso, sostenido por los mismos intereses y en muchos casos por las mismas personas que antaño trabajaban para la burocracia comunista, lo que dio origen a un régimen autoritario, más preocupado por su presencia y poderío en el extranjero que por crear las condiciones internas que favorezcan la democracia y el desarrollo.
Georgia es el ejemplo de la clase de injusticias a las que puede llevar el descuido estratégico de los Estados Unidos, país que tiene en sus manos el destino de buena parte del planeta, y que no puede darse el lujo de mirar para otro lado o creer que ya no posee enemigos estatales que se animen a hacerle frente.

Rafael Eduardo MichelettiTel: (0341) 156-916835Alvear 464, Rosariowww.rafamicheletti.blogspot.com

lunes, 11 de agosto de 2008

El fracaso gubernamental ante la inseguridad

Definitivo, el Estado mexicano una vez más está fallando en una de las tareas esenciales para con los ciudadanos. Los derechos a la vida y a la libertad simplemente no están siendo garantizados por los gobiernos de todos los niveles.

Con impotencia, los mexicanos atestiguamos hace unos días el asesinato y secuestro de inocentes. En el Distrito Federal, como siempre, un Maecelo Ebrard frío y distante que sólo se disculpó por el secuestro y el asesinato de un adolescente cuyo padre es un empresario reconocido. El farsante gobernante y violador de derechos hasta se levantó y pidió un minuto de silencio por la víctima. ¿Por qué no hizo lo mismo con las víctimas del News Divine?

Luego, el Presidente Calderón salió haciendo un llamado a las autoridades del DF para una mayor coordinación entre las autoridades policiales. Pero a Calderón se le olvida que algunos de los pocos logros en materia de combate a la delincuencia se han ido por el caño en su administración. La creación de la Agencia Federal de Investigación (AFI), una policía de elite, fue uno de esos raquíticos logros en años recientes. Durante los inicios de la misma, y hasta hace cerca de dos años, la AFI se desempeñó muy eficientemente en combatir a peligrosas y bien organizadas bandas de secuestradores y defraudadores. ¿Qué pasó después con la AFI? Aunque conserva aún parte de su eficacia, la Agencia ha sido golpeada por los jaloneos y errores del gobierno federal actual. Primero, fue la terquedad de Calderón de unificar a las pocas policías de elite-creando un “monopolio al capricho”- con el resto de la policía federal (vamos, las organizaciones como tal aún existen, sólo que supeditadas a nuevas interferencias en la toma decisiones) con lo que se dio paso a infiltraciones y pérdida de rigor en la selección de los miembros que integran a la AFI. Luego, la terquedad presidencial de querer combatir a toda costa una guerra perdida, el combate a las drogas.

Las pifias anteriores han significado que los pocos policías preparados estén distraídos de su tarea esencial, la protección de la vida y la libertad de los ciudadanos. Un estimado amigo de profesión matemático (con un posgrado en economía) y muy hábil en materia de estrategias de inteligencia (teoría de juegos, encriptología), decidió aplicar a la AFI para el área de investigación de fraudes cibernéticos. Después de haberlo enviado a un entrenamiento riguroso con el FBI, su sorpresa más grande al regresar fue que su anterior jefe había sido removido, y lo peor, que ahora lo emplearían en combatir algunas operaciones del narcotráfico (muy peligrosas). Tras darse cuenta que sus mejores ventajas comparativas no estaban siendo utilizadas, y en cambio, la vida de su familia corría serio peligro, decidió marcharse. Hoy trabaja en un país desarrollado que sí utiliza sus capacidades a plenitud. Hace poco, un general despedido daba fe de cómo a muchos investigadores eficientes los estaban usando, junto con el ejército, de vil carne de cañón para los narcotraficantes. Vaya capital humano desperdiciado por la falta de coordinación y pifias cometidas desde los pinos.

Pero el caso en el DF es aún más atroz. Desde el inicio de la administración de Marcelo, los operativos policiacos han sido un rotundo fracaso que han costado vidas. Desde granaderos que entran a golpear y arrestar en los antros a jóvenes hasta retenes que sólo sirven para extorsionar a automovilistas, ha habido errores garrafales que han conducido a perder algunas vidas y a agredir a los ciudadanos en sus más esenciales libertades. Pero lo peor, los hechos de secuestro reciente-cometidos en un retén a plena luz del día- confirman la podredumbre que impera en la policía a cargo de Marcelo. Desde altos comandantes hasta jefes de sector, hay pruebas contundentes de que la judicial capitalina está al servicio de los delincuentes. Si bien es cierto que es un error generalizar, lo cierto es que la seguridad en el DF refleja cómo la policía está siendo usada para fines políticos y delincuenciales. En el caso de los primeros, sólo hay que ver qué patéticos se veían algunos judiciales repartiendo publicidad para las tramposas consultas de Marcelo y el PRD. ¿Por qué no estaban vigilando las calles como es su obligación? No, los ciudadanos no debemos permitir que nos tomen el pelo. Permitirlo significará la pérdida de más vidas inocentes auspiciadas bajo la codicia de poder de políticos como Marcelo.

Y por dios, ojala que los políticos no pierdan el tiempo en discutir si es hora de la pena de muerte ó no en México. Eso es demagogia pura, y lo peor, es darle al nefasto Estado mexicano el poder de asesinar con toda impunidad a los gobernados. No, por observar un árbol, no perdamos la perspectiva del bosque. Es necesario que el Estado mexicano se concentre en sus tareas de protección de los derechos naturales del ser humano, a saber, el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Es hora de exigirle a los gobernantes que se concentren en sus tareas esenciales de seguridad, que creen la atmósfera para que los ciudadanos no sintamos más seguros y por tanto seamos más productivos.

Curiosamente, muchos de los que hoy se desgarran las vestiduras criticando a la estrategia policial de los gobiernos, a la vez piden más intervención de los mismos en la economía (petróleo, gas, electricidad, petroquímica, refinación, etc.), haciéndole sin querer el juego a los delincuentes. Entendámoslo de una vez por todas, cuando los gobiernos se dedican a invadir con toda clase de intervenciones y regulaciones la actividad de los particulares, el resultado inexorablemente será el del descuido en las tareas de protección y seguridad de los ciudadanos. El Estado intervencionista mexicano es una muestra de ello.

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viernes, 4 de julio de 2008

MARCELO EL VIOLADOR DE DERECHOS

Hay tres derechos naturales fundamentales que el Estado debe respetar y hacer respetar: el derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad privada. Esto en la vida diaria de los ciudadanos significa que los gobiernos deben usar la fuerza única y exclusivamente contra aquellos que transgreden los derechos naturales, como lo son los delincuentes y criminales en general. Por ningún motivo un gobierno debe violar los derechos naturales de los individuos. Si lo hace, es preciso que renuncie, ó hacerlo renunciar.

La tragedia es que en el Distrito Federal el gobierno perredista es el primero en violar los derechos naturales de los ciudadanos. Desde Cárdenas hasta Ebrard, los gobiernos perredistas han sido unos verdaderos transgresores de los derechos naturales.

Algunos desmemoriados piensan que la última tragedia en la que murieron jóvenes (y tres policías en la trifulca llena de gases lacrimógenos) en un “antro”, a causa de un pésimo operativo policiaco, es la primera vez en que Marcelo queda mal con los derechos humanos. No es así.

Incluso desde antes que Marcelo gobernara, hay evidencia contundente de que los derechos humanos de los ciudadanos defeños le importan un cacahuate. Acordémonos.

Primero fueron los policías muertos en Tláhuac. En el sexenio de Fox, Marcelo fungía como Secretario de Seguridad Pública del DF. Fue tal la incompetencia de Marcelo, que dejó que una masa de rufianes linchara y asesinara a dos policías que estaban realizando una investigación encubierta. Después intentó lavarse las manos culpando a la policía federal de los muertos de Tláhuac. Su cinismo le costó el puesto. Luego, ya en el poder, prosiguieron las violaciones a los derechos humanos mediante las numerosas expropiaciones arbitrarias (despojo en realidad) que Marcelo ha hecho.

Quien no recuerda cómo llegaba la policía a sacar de su casa a las personas de los inmuebles expropiados, al más puro estilo nazi. No sé como antes no habido muertos en estas arbitrariedades. Más adelante, el asalto al bolsillo de los ciudadanos con las alzas abusivas en el impuesto predial para sostener sus programas populista-electoreros. Y más reciente, se ha vuelto toda una práctica la política policiaca de Marcelo de llegar a los antros, sacar a los jóvenes (sean menores de edad ó no), llevárselos a la delegación, vejarlos, tratarlos como delincuentes y finalmente chantajear a la familia para desangrar sus bolsillos (¿a dónde irá a parar todo ese dinero producto de la extorsión?).

Eso sí, si se trata de un bloqueo de calles (ó plantón, ó construcción de casas en plena avenida) de los seguidores de López, Marcelo ordena a su achichincle Joel Ortega (quien también debe renunciar) que no los toque ni con el pétalo de una rosa. Nuevamente, violación de derechos a los ciudadanos afectados.

No nos equivoquemos, un joven menor de edad que toma alcohol ó drogas no es un delincuente. Y ojo, algún lector despistado comentaba que la culpa de la muerte de los jóvenes del antro de la Delegación Gustavo A. Madero era culpa de los padres de familia. No, por favor, no nos equivoquemos tan garrafalmente. La culpa de que los menores de edad ingieran drogas sí es de los padres, que no han sabido educar a sus hijos. La culpa de que todo un comando policiaco entre a un lugar de diversión de jóvenes, como si estuviera en una operación contra narcos en Tepito, es sin lugar a dudas del gobierno defeño. La culpa de que un grupo policiaco entre a golpear, a reprimir y asesinar a jóvenes es del gobierno perredista que mal gobierna el DF. Vaya, hasta la perredista Rosario Robles ha declarado que no es posible que la policía entre a reprimir a un antro lleno de jóvenes ingiriendo bebidas alcohólicas.

Ahora comienza a surgir toda clase de tonterías para solucionar el problema de que los menores de edad consuman drogas. Nuevamente las viejas ideas estatistas, la falsa creencia de que con más controles burocráticos será posible frenar a los antros que no cumplen con la ley.

Falso de toda falsedad. Es precisamente eso, el llenar de múltiples requisitos para abrir un negocio lo que propicia que la corrupción predomine. En el DF la operación administrativa perredista opera con los mismos incentivos perversos de las viejas administraciones priístas.

Basta con ir a cualquier Delegación política a realizar un trámite para darse cuenta de la podredumbre administrativa que predomina en el gobierno defeño.

Si se desea reducir el consumo de drogas en los jóvenes, la responsabilidad debe recaer en los padres, no en el gobierno. En todo caso, cualquier política pública debería ir encaminada a fomentar la cultura de que los padres estén capacitados para prevenir y en su caso detectar si su hijo consume drogas.

Y por favor, si se desea también frenar el surgimiento de los llamados giros negros, basta con disminuir la “tramititis” y dejar que empresarios serios y responsables entren a ofrecer diversión, cuidando de no transgredir las reglas como el incentivar el consumo de drogas en los menores de edad. Si no se cumple, es fácil detectarlo, por ejemplo, con inspectores disfrazados de clientes (así se hace en varios países europeos) y no con todo un pelotón de granaderos golpeadores analfabetas.

Marcelo es un flagrante violador de los derechos humanos de los defeños, por lo tanto debe irse. Exijamos una consulta (como las que torpemente Marcelo quiere hacer con PEMEX) a los defeños para señalarle que no lo queremos ya como Jefe de Gobierno. Castiguemos al PRD amigo lector, no votemos por ese nefasto partido en las próximas elecciones. De lo contrario, nuestros derechos naturales seguirán siendo violados continuamente. Es hora de que los ciudadanos tomemos la palabra.

lunes, 23 de junio de 2008

Más mercado y menos gobierno

REFLEXIONES LIBERTARIAS
CHIQUITO PERO ENCHILOSO
Ricardo Valenzuela

“El sendero claro de la historia nos señala que, al mismo ritmo que los gobiernos crecen las libertades se encogen.”

Thomas Jefferson


Frente a la renovada tendencia del asalto a las economías mundiales de parte de gobiernos que se agigantan, vale la pena llevar a cabo algunas reflexiones que nos orienten cuando de nuevo los insaciables bárbaros se ubican ante las puertas del reino de la libertad.

Al inicio de la década de los años 80, Ronald Reagan cimbraba el mundo al abrazar las ideas de un grupo de economistas conocidos como Supply-Siders. Estos innovadores, contradiciendo las teorías de Keynes, afirmaban que impuestos bajos y gobiernos reducidos estimulaban sana y agresivamente el crecimiento económico al promover actividad empresarial, incentivar el trabajo, altos niveles de ahorro e inversión, estimulando la producción (oferta).

Reagan pudo reducir algunos impuestos provocando los famosos 8 años de vacas gordas, pero, un congreso controlado por los demócratas, neutralizaba su impacto cuando se dieran a gastar como yaquis embacaronados provocando enormes déficits del presupuesto.

Ha transcurrido un cuarto de siglo y, curiosamente, algunos de países con cierta cautela han implementado esa receta reduciendo impuestos y las intervenciones de sus gobiernos. Pero ¿Hasta dónde han llegado transitando este sendero? y, más importante ¿Cuáles son los resultados y que sigue?

Hace un par de semanas cayó en mis manos un interesante estudio que responde mis inquietudes. El documento muestra las conductas de 20 países de los más importantes del mundo durante las últimas dos décadas. En el primer grupo se sitúan países que, en cierta forma, navegan el océano de los Suppy—Siders reportando ingresos y gastos en niveles inferiores al 40% de sus PIB e incluye: Australia, Canadá, Estonia, Hong Kong, Irlanda, Corea del Sur, Latvia, Singapur, Eslovaquia y los EUA.

Se compara luego con otros diez que aun sufren la enfermedad de altas tasas impositivas y estructuras de gobierno obesas: Austria, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, Suecia y el Reino Unido. Ambos incluyen representantes de grandes, medianas y pequeñas economías utilizando como medida la regla de sus ingresos nacionales. El promedio de ingreso per cápita de ambos es similar; $32,000 y 34,000, mas no sus tendencias. Es decir, el estudio de llevó a cabo entre países ricos y desarrollados.

El número de gobiernos que se han dado a la tarea de reducir gastos-impuestos es considerable. Sin embargo, los países portadores de gobiernos delgados (GD), lo han hecho a un ritmo más efectivo logrando resultados admirables. Los GD tuvieron la habilidad de reducir sus tasas impositivas personales arribando a un 30% en el 2006, cuando partieran de un 39% durante 1996. Sus impuestos corporativos viajaron de un 30% al 21% en el mismo periodo de tiempo. Su gasto gubernamental, después de escalar hasta un 40% del PIB, se redujo al 31%.

En esos mismos países, las inversiones saltaron a un 6.5% en el 2005 cuando en la década anterior promediaban 3.7%. Desde el año 2,000 sus exportaciones han crecido a un ritmo anual de 6.7%. El resultado ha sido un saludable crecimiento de sus ingresos nacionales. El FMI reporta que el PIB de los países con GD, de 1999-2008, se incrementó a un ritmo de 5.6% anual cuando en la década anterior reportaran 4.5%.

En este mismo periodo, el grupo de países cargando con gobiernos obesos (GO) fue más tímido en sus reformas. Las cargas impositivas personales sólo se llevaron al 45% partiendo de un 49%, y sus impuestos corporativos al 29% cuando partían del 35%. Sus gastos gubernamentales se redujeron a un 49% de su PIB después de alcanzar niveles record cercanos al 60%.

Por ello, el grupo de GO no obtuvo ganancia competitiva en los mercados globales fracasando en sus intentos de atraer nuevas inversiones. El crecimiento porcentual de sus inversiones se redujo a un 0.7% anual en el periodo 2000-2005, cuando en la década anterior llegara al 4.5%. El crecimiento de sus exportaciones se desplomó al 3% anual cuando en los años 90s promediaran el 6.2%. Todo esto generó una reducción en la expansión de sus economías promediando un 2% anual, cuando diez años antes promediaran 3.2%.

Como una consecuencia secundaria, provocaron déficits en sus presupuestos alcanzando el 1.5% en el 2006, comparado con solo el 0.4% de los países listados en el primer grupo (GD)

Los países con GD han provocado también un progreso social superior al de los GO. Han incrementado el crecimiento del empleo en 2% cuando en el ciclo 1995-2005 reportaban un raquítico 0.8%. El ingreso discrecional de los hogares en este grupo, creció saludablemente y ello ha permitido que el consumo se incrementara del 2.6% en el 2,000, al 4.3% el año pasado. En el grupo de GO, el consumo porcentual disminuyó a un 1.2% cuando el 2,000 reportaban 2.3%.

En los países portadores de GD el aceptable crecimiento económico, ante el asombro del mundo, ha generado ingresos para el gobierno muy superiores a pesar (¿consecuencia?) de la baja general de las cargas impositivas. En el caso de los EU los recortes de impuestos han generado ingresos adicionales de $600,000 millones de dólares.

Los países con gobiernos delgados han hecho un uso más efectivo de sus recursos para salud. En los GO el gasto total en programas de salud alcanzó el 9.5% de sus PIB, dos puntos arriba de lo que invierten los GD. Sin embargo, los países con gobiernos delgados han incrementado la expectativa de vida a un nivel de 79 años cuando en los GO permanece en 76. Hoy día en Singapur la expectativa de vida es de 82 años, aun cuando sus programas de salud solo alcanzan el 3.5% de su PIB.

El gasto social de los GO reportó en 2006 un 21% de sus PIB cuando en los GD fue el 9.3%. Sin embargo, tales transferencias no han tenido efectos puesto que el índice GINI para medir la distribución del ingreso, es similar en los dos grupos. Pero hay otras fuerzas nivelando la disparidad de ingresos en las economías de los GD. Incluye las prácticas de mercado para fijar salarios, hábitos de ahorro, la disponibidad de esquemas de pensiones con toque privado ETC.

En relación a seguridad y orden público, la función más importante de los gobiernos, los GD toman con más seriedad esa responsabilidad. Gastan un promedio de 2.3% de su PIB mientras que los GO solamente el 1.5%.

A diferencia de lo afirmado por Keynes cuando debatía con Hayek y gritara; “en el largo plazo todos estaremos muertos,” las decisiones económicas se deben medir en el largo plazo. Los países que continúen el sendero de programas liberadores estilo Irlanda, serán las potencias de los siguientes 100 años. Los que permanezcan embriagados en petróleo, en un lapso muy a la vista sufrirán los estertores de las crudas provocadas por los rones corrientes y alterados en las vinateras serreñas.




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miércoles, 18 de junio de 2008

ECONOMÍA Y DERECHO II

Las frases “recursos que son propiedad de todos,” ó "recursos que son de la nación" en realidad significa recursos que no son de nadie (perdón, sólo de los políticos que les meten mano a conveniencia y terminan por acabárselos irracionalmente como el petróleo), y que por tanto no existe el incentivo a explotarlos de manera rentable y racional. Para muestra, un botón, en aquellos bosques en donde se prohíbe su explotación (ó se hace muy difícil obtener permisos para explotarlos), lo que predomina es la tala clandestina. Caso contrario, en aquellos bosques en donde se definen correctamente los derechos de propiedad, la superficie forestal aumenta, pues es rentable y racional no sólo explotar al recurso forestal, sino que es conveniente tomar medidas para que éste no se agote (y no perder así los beneficios).

Recordemos, los derechos de propiedad para estar correctamente definidos deben de respetar tres características: derechos de posesión (un bien es mío, por que lo adquirí con esfuerzo propio, ó alguien más, por voluntad propia, me lo heredó y/o regaló), derechos de usufructo (tengo el derecho a sacar provecho, a hacer negocio con mi bien) y derecho de transferencia (tengo derecho a vender y/o arrendar mi bien).

La última característica de los derechos de propiedad (la de transferencia) además de ser muy importante, depende de que las dos primeras (posesión y usufructo) estén bien definidas, y es vital para que una economía de mercado funcione. La transferencia de la propiedad en el sector privado tiene importantes consecuencias. La primera de ellas implica que los costos y beneficios de las actividades económicas recaen directamente sobre el individuo. En particular, hay una alta correlación entre la estructura costo-beneficio y el esfuerzo económico que los particulares realizan. Si soy bueno satisfaciendo la necesidad de otros, obtendré más beneficios que costos. Caso contrario, si no cumplo con esto, entonces mis costos serán superiores a mis beneficios, por lo que tarde ó temprano deberé salir del mercado y cambiar de giro.

Otra importante implicación es que la transferencia de propiedad genera efectos de ventaja comparativa. Es decir, la diferencia que hay en habilidades y conocimiento entre las personas incentiva la especialización, con lo que la generación de riqueza aumenta.

En otros términos, como resultado de poder transferir una propiedad, es natural que los negocios privados sean más rentables y prósperos que los del gobierno, y esto es así, por que en el sector privado el poder transferir la propiedad permite a los particulares especializarse. Si yo no soy bueno en alguna actividad, puedo vender y/o liquidar mi negocio para que, tal vez otro particular, que tenga más talento que yo, lo haga rentable. Por mi parte, yo, tendré que asignar mis recursos a una actividad más rentable, en la que sea talentoso (y por tanto satisfaga una necesidad de otros). Por lo tanto, al final, la asignación de recursos es óptima. Ojo, esto no es un proceso de “felicidad,” es un proceso de libertad, en donde hay aciertos y errores. Lo importante es que los recursos, mientras se mantenga esta libertad de intercambiar, serán asignados de la manera más óptima.

¿Qué sucede con la propiedad gubernamental? La incapacidad de los individuos de comprar y vender su propiedad (misma que pertenece al gobierno bajo e lema “propiedad nacional”) dificulta la especialización y limita la detección y rectificación económica de errores cometidos. Por tanto, al final la creación de riqueza es menor, ó de plano nula. Esta es la tragedia de las viejas dictaduras comunistas, que limitaban de manera totalitaria y perversa el que las personas intercambiaran libremente sus propiedades (con lo cual se limitaba el desarrollo pleno de los talentos en el ser humano; por violar flagrantemente los derechos de propiedad, en las dictaduras comunistas eran muy raras las innovaciones tecnológicas). Increíble, pero a pesar de esta evidencia contundente, en México y América Latina hay quien todavía añora a los rancios sistemas comunistas.

¿Para qué este argumento jurídico-económico? Para que el lector entienda la tragedia de PEMEX como propiedad del gobierno, y en general la tragedia de los sistemas económicos de planificación central y/o estatista.

PEMEX se maneja con criterios políticos por una sencilla razón: la ausencia de derechos de propiedad. Dado que los funcionarios que manejan la paraestatal se designan con criterios políticos, aún cuando se trate de personas honestas y capaces, la ausencia de derechos de propiedad hace que el horizonte temporal de estos funcionarios sea muy corto, pues el período de tiempo al frente de su cargo depende del mismísimo período sexenal. Y dado que buena parte de las inversiones en materia petrolera rinden frutos en el largo plazo (que supera cualquier término sexenal), la maximización de la renta petrolera no coincide con el interés de los burócratas que administran a PEMEX, pues su perspectiva es excesivamente de corto plazo. Si a burócratas de visión cortoplacista, le agregamos la ausencia de rendición de cuentas de la paraestatal (por ser del gobierno y no de particulares), un sindicato prehistórico y corrupto, y gobiernos de los estados sedientos de riqueza petrolera, el resultado es ese adefesio corrupto e ineficiente que pierde mucho dinero, PEMEX.

Si se desea un PEMEX de excelencia, debe ser privatizado y obligado a que compita con otras empresas.

Si se desea un PEMEX medianamente rentable, hay que quitar las manos del gobierno (de los tres niveles) del mismo y sobre todo, definir los derechos de propiedad de la empresa petrolera, para que los ciudadanos participemos en la paraestatal como accionistas (y al fin, sí seamos realmente dueños) y vigilantes de que la riqueza petrolera se administra bien. A su vez, los funcionarios deberán ser elegidos con criterios estrictamente técnicos, y si rinden frutos, dejarlos continuar en el largo plazo (como se hace en cualquier empresa privada). Al sindicato de plano hay que renovarlo y atarle las manos.

Ya que no nos dejan a los mexicanos el tener la libertad de elegir entre varios proveedores petroleros (sería lo óptimo), al menos déjenos participar del monopolio, y así quitarle la renta petrolera a los políticos.

De no hacerse lo anterior, entonces la minireforma de PEMEX (si es que hay alguna), sólo servirá para que Calderón y gobernadores sigan de gastalones, de neopopulistas (Calderón ya planea construir 25 nuevas universidades, cuando lo óptimo sería invertir y mejorar la educación básica), de repartidores de los ingresos que pertenecen a los mexicanos. En el caso de los gobernadores, sólo hay que ver a Peña Nieto anunciando todo tipo de subsidios (dinero que proviene en buena medida del petróleo) para diversos buscadores de rentas agrícolas. Sí, ahí está también gastando millones en mensajes en medios de comunicación sobre sus programas populistas usando a la bella Angélica Rivera. Esa, es la maldición de PEMEX, esa es la maldición de la indefinición de los derechos de propiedad sobre recursos naturales como el petróleo.

martes, 10 de junio de 2008

ECONOMÍA Y DERECHO

Con honrosas excepciones, a nuestros “doctos en derecho” les salió el cobre estatista. Y es que eso es resultado de un sistema educativo que forma abogados sin ningún conocimiento sobre los procesos económicos. La mayoría de las escuelas de derecho en México, sólo forman abogados con perfil estatista (el Estado no se concreta sólo a proteger los derechos naturales del hombre-derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad- sino que “debe fomentar el crecimiento económico”) que en la docena trágica llegaron a su máxima expresión, con los abogados estatistas, López Portillo y Luis Echeverría, que, sin conocimiento económico alguno (lamentablemente, sus asesores económicos eran también keyenesiano-estatistas) dispusieron de medidas populistas (subsidios sin ton y son, expropiaciones sin ton ni son) que terminaron por empobrecer a millones de mexicanos. Me parece que en México sólo una (tal vez dos) instituciones educativas ofrecen estudios que combinan el estudio de la economía con el derecho y la ciencia política. ¿Por qué es importante que los abogados estudien economía básica?

Para que una economía de libre mercado funcione adecuadamente, es de vital importancia que los derechos de propiedad (el derecho que cualquier agente económico tiene a poseer, usufructuar y transferir cualquier propiedad) sobre los factores productivos (trabajo, tierra, capital) estén bien estén bien definidos. La estructura particular de cómo se definan los derechos de propiedad, influirá de manera determinante en la asignación y utilización de los recursos productivos en formas específicas y predecibles. En efecto, las atribuciones de los derechos de propiedad determinan las normas de comportamiento con respecto a las relaciones (y beneficios) que cada persona ó empresa debe observar en su interacción con otras personas ó empresas, ó en su defecto, responder a los costos de incumplimiento de los contratos.

De lo anterior se desprende que los derechos de propiedad poseen un valor económico y deben ser respetados conjuntamente por la sociedad, ya que el uso adecuado de los mismos permite maximizar utilidades individuales y sociales, y con ello, se garantiza el óptimo empleo de los factores productivos, con lo que se evita la destrucción de los mercados. Si los mercados evolucionan por una innovación tecnológica, entonces deben ser los propios agentes económicos los que enfrenten los nuevos retos. Lo peor que puede pasar, es que los mercados se destruyan por la ausencia de un marco jurídico que haga respetable los derechos de propiedad. Cuando esto ocurre, escasez y hambrunas entran al escenario; esto lo saben muy bien los países que vivieron bajo el yugo comunista, en donde la violación a los derechos de propiedad era la práctica cotidiana.

Dicho lo anterior, la tragedia de México es que los intercambios están regidos por una constitución socialista, redactada por abogados estatistas que de economía saben un cacahuate (¡es hora de ponerlos a estudiar economía en serio!). Y ello, por supuesto, ha tenido efecto en cómo han sido redactados los capítulos de la constitución que se refieren a la propiedad de los recursos naturales.

El debate no debe ser si la propuesta calderonista viola ó no la constitución. Si se cae en esa trampa, entonces la razón la tienen los abogados estatistas. El debate debe ser sobre la necesidad de reformar de una vez por todas a los artículos constitucionales 27 y 28 que violan flagrantemente los derechos de propiedad e inhiben, también flagrantemente, la competencia económica. De hecho, aún si la propuesta calderonista de reforma a PEMEX pasa en el Congreso, los estatistas tienen todo a su favor para que la Suprema Corte falle a su favor, decretando que la reforma es inconstitucional (salvo por uno de los Ministros, la corte también está compuesta por abogados estatistas).

La Constitución mexicana debe, ante todo, hacer respetar el intercambio entre los agentes económicos, y por supuesto, evolucionar con los cambios tecnológicos. Cuando esto no sucede, entonces, una, ó se destruyen los mercados, ó dos, se crean mercados negros en donde los recursos no se asignan óptimamente.

Entiéndanlo señores abogados estatistas, la Constitución no es la Biblia, no es el Talmúd, es el instrumento que da las reglas para que haya civilidad y garantía en los intercambios económicos. El respeto a los derechos de propiedad es de vital importancia para que haya acumulación de capital y con ello, desarrollo y bienestar económico para todos los mexicanos. Es hora de unir Economía y Derecho.

miércoles, 4 de junio de 2008

LA IMPORTANCIA DE LA LIBERTAD

La razón fundamental por la que he creado este blog es para fomentar los valores liberales clásicos. Me refiero al liberalismo económico de Adam Smith y al liberalismo político de John Locke. Desde México invito al mundo a contribuir con la difusión de los ideales libertarios. ¿Por qué es de vital importancia inculcar estos valores? Por que son los que han traído progreso económico a las naciones y hecho posible la existencia de la democracia liberal. No son pocos los gobiernos que han olvidado dichos ideales. Han olvidado que el papel del Estado debe limitarse a garantizar 3 derechos fundamentales: derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad privada.

Asimismo, se han olvidado los gobiernos de que las instituciones deben ser creadas para proteger a los derechos de propiedad y facilitar el intercambio de bienes entre la gente. Es necesario hacer entender (con argumentos) a los estatistas y sipatizantes del comunismo, que ningún sitema económico funciona si no hay protección de los derechos de propiedad y sobre todo, si se violan las libertades y derechos más esenciales de los individuos (derecho a la vida, a la libertad y sl a propiedad privada). Durante muchas décadas, los marxistas despreciaron el papel reelevante que han jugado la libertad y los derechos de propiedad en la constitución del progreso de la humanidad.

A través de diversos ensayos, invito al mis colegas, amigos y lectores del mundo a usar este espacio para intercambiar ideas y difundir las ideas libertarias.

Finalmente, la idea es que este espacio sea también un foro para discutir en materia de políticas públicas erróneas y erxitosas, como la reforma energética.